14 de enero de 2015

HAY QUE CERRAR UN CICLO PARA EMPEZAR OTRO.

Así es, hay que cerrar bien las historias, hay que cerrar bien cada día, lo que nos ocurre en la vida hay que cerrarlo bien para no repetir experiencias, no hay que dejar flecos.
Cerrar bien significa reconocer, comprender, perdonar y liberar cada una de nuestras acciones para no repetir los mismos escenarios.
La vida y nosotros no son dos cosas distintas, la vida somos nosotros.
Nuestra mente está creando una constante representación de la obra de teatro que es la vida, igual que un buen sastre hace un traje a medida, a la medida de nuestra comprensión.

Tener que repetir historias y enfrentarnos siempre a los mismos patrones de comportamiento nos desgasta mucho, para dejar de vivir en un sueño repetitivo es necesario darnos cuenta cuanto antes, porque el sueño, se puede convertir en una pesadilla.
Vivir es estar siempre en el presente y esto ocurre cuando hay unidad con la conciencia y no existe intervalo entre ver y actuar.
De ahí nace la verdadera acción que no pasa por el pensamiento.
La actividad no es sinónimo de acción, podemos movernos todo el día de un lado para otro pero eso, no es acción. La acción es pura comprensión que nace en cada instante y se ejecuta sin esfuerzo.
Si vivimos en el pasado vamos acumulando asignaturas pendientes y tendremos la sensación de no avanzar y si vivimos en el futuro, provocamos preocupaciones, deseos, angustia e incertidumbre y no estaremos viviendo en absoluto.
Nos movemos de un pensamiento a otro que son los archivos de nuestra memoria, la memoria de nuestros ancestros y la memoria colectiva.
La libertad que da la consciencia, avanza a pasos agigantados y va abriendo nuevos caminos, nuevos espacios, porque para que la mente funcione de forma provechosa, debe tener espacio.

Cuanto mas espacio exista entre un pensamiento y el siguiente, más centrados estaremos en el presente.
Acudir a la naturaleza o estar en silencio, son herramientas que nos ayudan a abrir esos espacios y poco a poco, la mente se va limpiando.
Observar, observar nuestros pensamientos sin juzgarlos nos desvela al saboteador que todos llevamos dentro y una vez que somos capaces de reconocerlo, nuestra vida cambia gratamente.
Cerremos bien 2014.
Hagámosle un hermoso lazo a todo lo vivido porque en verdad, fue un regalo y vamos a ofrecerlo al Universo, quién mejor que él para transmutarlo.
OS DESEO UN CONSCIENTE, PLENO Y FELIZ 2015
Elena Carrera


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