22 de enero de 2015

MEDITAR NO ES SUFICIENTE, LO IMPORTANTE ES LA ACTITUD.

Entrevista a Adyashanti.

Mi maestra solía contar una historia sobre la primera vez que empezó a enseñar a meditar. No se había apuntado nadie a su taller de meditación, pero ella se sentó en la sala de meditación y siguió sentándose ahí todos los domingos por la mañana. 

Alguien llegó a decirle en una ocasión: "Vaya, debe de haber resultado muy solitario, habrá sido duro". A lo que ella contestó: "No lo fue. Cada vez que me sentaba ahí podía sentir y prácticamente ver, a todos las personas que me habían formado en la práctica de la meditación. Podía sentirlo, todos ellos, estaban ahí conmigo". 

El despertar es siempre espontáneo. No existe ningún manual sobre cómo despertar. Pero descubrí dos cosas: quietud y silencio, y la habilidad de ser honesto conmigo mismo, la habilidad de no engañarme, de no decirme que sabía algo que no sabía. Al cabo de un tiempo, estos dos enfoques conformaron mi camino espiritual. 
A menudo propones a la gente la indagación a partir de la pregunta "¿qué soy yo?" . La mayoría propone la pregunta "¿quién soy yo?".
 "¿Quién soy yo?" nunca me funcionó a mí. Aunque funcione para algunas personas, "¿quién soy yo?" implicaba, para mí, una entidad. "¿Qué soy yo?" me parece una pregunta más abierta.
Normalmente les propongo que miren en su interior y que lleven a cabo una indagación profunda, una indagación abierta en lo que quieren de verdad. Les pido que no supongan nada. Y suelo decirles que no construyan lo que creen que deberían querer ni lo que les haya dicho ningún maestro sobre lo que deberían querer. Observa realmente lo que tú quieres de verdad.
Esta indagación sólo la podrás llevar a cabo si no tienes ningún "debería", si no tienes ideas preconcebidas sobre lo que deberías querer. Cuando hablo de integridad, me refiero a esto: a la voluntad de averiguarlo realmente por ti mismo. Y si alguien observa de verdad y se involucra en esta investigación, esto podrá llevarle a un lugar mucho más unificado. 
Le llevará allí de un modo natural. Y para mí, esto es mucho mejor que intentar llegar a un lugar mediante la disciplina, pues la gente ha oído esa clase de enseñanzas (debes desear el despertar más que ninguna otra cosa), y es cierto, pero no puedes fingir tu camino, no puedes hacer como si hubieras llegado. Y, en realidad, creo que muchas personas lo están haciendo: escuchan las enseñanzas y después fingen estar en un lugar en el que no están.
Si las personas observan su interior profundamente, encontrarán que realmente desean la verdad auténtica. Sé que si observan su interior durante suficiente tiempo, eso es lo que descubrirán. Porque es la base de su ser. También es el núcleo de su ego. Incluso el ego, en lo más profundo, desea la verdad.
¿No crees que el despertar es poco frecuente?
Casi todos tenemos la sensación de que no somos los elegidos. En el fondo, la mayoría nos sentimos bastante ordinarios. Se cree que el despertar es sólo para personas extraordinarias. Esta idea es, posiblemente, el mayor impedimento para poder despertar. En las imágenes que tenemos de los seres despiertos éstos aparecen envueltos en halos, destellos, flotando y siempre tienen discípulos, siempre cuentan con gente a sus pies. Éstas son las imágenes que tenemos ahí fuera y, sin embargo, no es así. 
A nuestra mente le cuesta mucho creer que la iluminación pueda surgir bajo el aspecto de tu abuela o de un camarero. El ser iluminado no tiene que parecer nada extraordinario. Algunos seres iluminados son muy carismáticos. Pero ¿sabes qué? Algunos seres no iluminados también lo son. 
Muchas personas se sienten frustradas porque creen que el camino que están siguiendo no les funciona.
¡Vaya!, ésa es una idea peligrosa. Yo no le eché la culpa al camino, sino a mi relación con el camino. Por eso es bueno relajarse, no exigirse demasiado,hay que abrirse y no ser rígidos. No tengas miedo a preguntar. Obsérvate y mira lo que no haya funcionado. Ten el coraje de cambiar, de seguir adelante cuando algo no funcione. Observa con ojos inocentes, con ojos muy abiertos. Esa inocencia siempre está ahí. Es una especie de milagro.
Tami Simon.


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