25 de enero de 2013

MORAD, EL NIÑO DELFÍN.

Nunca dejar de seguir nuestra intuición, por disparatado que parezca y, mientras lo hacemos, vamos derribando prejuicios sociales, religiosos o culturales.
Cada Alma sabe lo que necesita y nos lo pide de múltiples maneras.
Una vez más el Amor es capaz de conseguir aquello que parecía imposible.
El Amor de un padre por su hijo, el amor y la cooperación entre los delfines y el hombre y también el amor de un chico musulmán con una chica judía.
El Amor es Amor, sin más.
Esta es la historia de Morad y su padre Asad.

Morad es un adolescente que no sabe dónde está, quién es ni que está pasando.
Se encuentra en ese estado a causa de una fuerte agresión que recibe por parte de sus compañeros de clase, han sido crueles con él.
Su padre lo encontró gritando y cubierto de sangre.
Esa experiencia traumática, lo lleva a evadirse de la realidad.
Desde ese momento, se convirtió en un niño, con un coeficiente intelectual igual al de un niño de 2 años.
Todos los médicos que visitó, le daban como única solución, ingresarlo en un hospital para enfermos mentales.
Pero Asad, su padre, tuvo una corazonada, una visión.
Siempre se negó a ingresarlo en un lugar así, a cambio, confió en su intuición y en los delfines.
Hizo todo lo que pudo para llevar a su hijo junto a los delfines, en la ciudad de Eilat.
Tras cuatro años de terapia en compañía de los delfines, Morad vuelve a ser un adolescente sano y feliz.
Morad recuerda abrir sus ojos un día y ver a los delfines nadando alrededor suyo.
Ese día lo recuerda como el primer día de su vida.
No puede describir la felicidad que siente cuando está junto a ellos, en el agua.
Desea poder estar bajo el agua, con los delfines, para siempre.
¿Cómo se siente Morad ahora? "Genial dice, aquí todo es genial".
Pero, ¿Recuerdas algo de antes de venir aquí? Pregunta su médico.
"Nada", responde Morad.
¿Piensas regresar a tu casa, quieres volver, aunque sea de visita?
Morad no quiere dejar a los delfines ni tampoco a su chica, se ha enamorado de una chica judía y Morad es musulmán.
"Todos somos humanos y el Amor es el Amor", eso contestan ellos.
Asad, el padre de Morad siempre le dice: "Morad, mi Alma, te quiero hijo, te quiero mucho, me gustaba cuando te tenía en brazos y eras un bebé, ahora eres mi bebé Morad"
Traducción: Semillas Solares


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