18 de diciembre de 2014

LOS SUEÑOS LÚCIDOS. TENZIN WANGYAL RINPOCHE.

Alrededor de un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo. 
¿Aprovechamos bien ese tiempo? 

Hablamos con Tenzin Wangyal Rinpoche, perteneciente a la tradición Bön (la tradición espiritual autóctona del Tíbet), autor del libro ‘El yoga de los sueños’ acerca del potencial del sueño y de cómo podemos estimular el sueño lúcido. 

Este puede constituir una valiosa herramienta para nuestro desarrollo espiritual y humano.


¿Por qué hablamos de yoga de los sueños? ¿Por qué esta asociación entre yoga y sueños?
—El yoga no se refiere sólo a algo físico, sino que es conocimiento; conocimiento de la mente, del cuerpo, de la respiración; es también la comprensión del conocimiento. Por eso hablamos de yoga de los sueños. En la tradición tibetana, la habilidad para soñar de manera lúcida no es un fin en sí mismo, sino que brinda un contexto adicional en que uno puede realizar prácticas avanzadas y eficaces para alcanzar la liberación.

¿En qué consiste el yoga de los sueños?
—El yoga de los sueños tibetano se basa en textos tántricos muy antiguos llamados ‘el Tantra Madre’. Hay dos prácticas diferenciadas, la del sueño y la del dormir.
Hay todo un conocimiento que se puede adquirir acerca del sueño: cómo prepararse para ir a dormir, qué significa soñar, cómo vienen los sueños, cómo pueden usarse para el propio desarrollo personal y espiritual… Recordemos que pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo; o, lo que es lo mismo, unos veinte o veinticinco años.
Muchas veces no aprovechamos bien todo este tiempo, en el que podemos vernos arrastrados por nuestras crisis emocionales y otras experiencias.

¿Cómo se concibe en la tradición tibetana el espacio de los sueños?
—Se ve desde muchas perspectivas: como un lugar de encuentro entre lo divino y lo individual, entre los vivos y los muertos, entre el futuro desconocido y el presente.
»Los sueños pueden usarse de muchas maneras, pero el valor máximo de los sueños reside en el contexto del camino espiritual.
Muchos maestros han descubierto mucha sabiduría y enseñanza a través de los sueños. 
»Cuando me dirigí a mi maestro por primera vez para que me aceptase como estudiante (yo tenía 12 ó 13 años) me dijo que le contase el sueño que tuviese esa noche.
Soñé que había un autobús dando vueltas alrededor de su casa y que yo daba los billetes a las personas que querían subir al autobús.
En los billetes había impresa la letra ‘A’ tibetana. Tras contarle el sueño, me aceptó como alumno.

¿Cómo podemos beneficiarnos de los sueños?
—Para empezar, es muy importante comprender por qué soñamos; qué causa el sueño.
El sueño es un producto de nuestra mente conceptual y emocional más el lung (en sánscrito se le llama prana; es la energía vital de la que dependen tanto la conciencia como la vitalidad corporal).
La combinación de mente y lung produce los sueños, sean buenos, malos o haya ausencia de ellos. Puesto que los seres humanos tenemos cierto control sobre nuestra mente y prana, podemos tener cierto control sobre nuestros sueños, y también sobre nuestra vida.
En la tradición tibetana hay seis chakras. Si antes de dormirte el prana y la mente confluyen en un chakra en concreto, ello dará lugar a un sueño relacionado con la característica de ese chakra.

¿Un ejemplo?
—Por ejemplo, el chakra del corazón corresponde al reino humano. Los celos son la emoción semilla del reino humano. Cuando estamos poseídos por los celos queremos atraer hacia nosotros y aferrarnos a lo que tenemos; puede ser una idea, una posesión o una relación.
En el cuerpo, los celos se relacionan con el centro del corazón.
El antídoto para los celos es una gran apertura del corazón; la apertura que surge cuando nos conectamos con nuestra propia naturaleza.
De modo que si antes de dormirte puedes conducir tu mente y tu prana hacia el corazón y estimular la emoción correcta, vas a tener sueños más pacíficos, más productivos, más sanadores.
»La mayor parte de las veces cuando vamos a dormir esto no ocurre: estamos demasiado cansados; sencillamente nos lanzamos a la cama a dormir.
Nosotros estamos cansados, pero la parte egoica de nuestra mente, se frotan las manos por la fiesta que van a organizar gracias a nuestra falta de control.
Si no tienes conciencia sobre tus sueños, estos simplemente te ocurren; eres un agente pasivo en relación al sueño.

Acaba de hablar del reino humano asociado a los celos y su antídoto. ¿Cuáles son los demás reinos, su emoción dominante y sus antídotos?
—Tenemos el reino de los infiernos, cuya emoción semilla es el enojo.
Cuando somos presa del odio o la violencia, tenemos experiencias del reino de los infiernos. El centro energético del enojo está en las plantas de los pies. Su antídoto es el amor puro e ilimitado que surge del ser incondicional.
»Después está el reino de los espíritus hambrientos. Su emoción semilla es la codicia. La codicia surge de la sensación de una gran necesidad que no puede saciarse.
Entonces buscamos la satisfacción afuera en vez de buscarla adentro. La codicia se asocia con el deseo sexual y en el cuerpo su centro energético está en el chakra que se encuentra detrás de los genitales. La generosidad, el dar desinteresadamente lo que otros necesitan, deshace el nudo de la codicia.
»Tenemos también el reino de los animales, cuya emoción semilla es la ignorancia. Uno vive con un sentimiento de estar perdido, embotado, inseguro o distraído. El chakra asociado con la ignorancia está en el centro del cuerpo en el nivel del ombligo.
La sabiduría que encontramos cuando nos dirigimos hacia adentro y reconocemos nuestro ser verdadero es el antídoto para la ignorancia.
»Ya hemos hablado del reino humano; siguiendo hacia arriba está el de los semidioses. El orgullo es su principal aflicción.
El orgullo es un sentimiento conectado con el logro y, a menudo, con tratar de conservar el territorio que se considera propio.
Hay un aspecto disfrazado del orgullo que se manifiesta cuando creemos ser peores que los demás para desempeñar cierta habilidad; en realidad se trata de un egocentrismo negativo, que nos separa de los demás.
El orgullo se asocia con el chakra de la garganta y a menudo se manifiesta en forma iracunda. Su antídoto es la gran paz y humildad que surge cuando descansamos en nuestra verdadera naturaleza.
»Finalmente, el reino de los dioses está asociado con en chakra de la corona, en la cabeza. Las distracciones placenteras son la semilla del reino de los dioses.
En él, las cinco emociones negativas están presentes en igual proporción.
Los dioses se encuentran perdidos en una especie de pereza gozosa en un placer centrado en ellos mismos; están distraídos y apartados del camino de la liberación.
El antídoto para el gozo egoísta de los dioses es la compasión que todo lo permea y que surge espontáneamente mediante el reconocimiento de la realidad que está en la base del ser y del mundo.

¿Podemos escoger a qué reino ir antes de dormirnos?
—Algo muy importante es prepararse para ir a dormir. Si te vas a dormir de la manera correcta, te levantas mucho más feliz. Tienes sueños mucho más claros y más productivos.
Mucho de lo que ocurre cuando sueñas tiene que ver con cómo te manejaste estando despierto, y con cómo te preparaste para irte a dormir. Si te propongo una práctica de quince minutos y te digo que vas a recibir los beneficios de haber practicado siete horas, ¿te gusta la idea?

Ya lo creo.
—En cierto modo es posible, y tiene que ver con cómo preparas tu mente para irte a dormir. Si limpias tu mente y sientes una señal de felicidad en tu mente antes de irte adormir, sintiéndote mucho dentro de tu cuerpo, sintiendo tu energía, metido en tu conciencia, es muy probable que por la mañana te levantes alegre.
En cambio, si te acuestas triste por lo que ha acontecido durante el día, y no limpias tus emociones antes de irte a dormir, te llevas este estado emocional a la noche, y meditas en la tristeza durante siete horas. ¿Te levantarás alegre y con energía?; no, lo harás exhausto y deprimido.
La cuestión es: ¿cómo nos mantenemos durante el día? ¿Cómo mantenemos la conciencia? Una cosa importante es cómo te las arreglas para no perder energía.

¿Y cómo me las arreglo?
—Le voy a dar una práctica. Consiste en que durante el día vayamos recordando que todo es un sueño. De hecho lo es, ¿no? Todo es una proyección de nuestra mente.
Todo el mundo externo está creado por nuestra mente. Esta es una comprensión intelectual, pero es verdad. Pero ¿cómo experimentarlo?
Al levantarnos por la mañana, digamos: “Esto es un sueño”. Pero tienes que sentir que esto es así. Esto significa menos apego, menos tomarse las cosas muy en serio. 
»Opera como con el ordenador: cuando quieres guardar un archivo, te pregunta dónde y cómo. En cuanto al dónde, no debemos preocuparnos mucho, pues todo se guarda en el almacén de la conciencia.
En cuanto a cómo queremos guardar el archivo, le ponemos este nombre: ‘sueño’. ‘Ilusión’. De modo que vas ‘guardando como sueño’ tus experiencias diurnas; así, cuando estás durmiendo y se vuelve a encender el ordenador, vuelven a aparecer los archivos que has creado, los cuales llevan un nombre: ‘sueño’. ‘Ilusión’.
Así te das cuenta de que se trata de un sueño. Sí, es un sueño. Que se llama sueño lúcido.
También, cuando queremos borrar un archivo tenemos que estar conscientes, para seleccionar el que queremos borrar. Pero no voy a profundizar en esto. Voy a volver a la parte del guardar.
»Durante el día tenemos experiencias, como estar en nuestra casa ansiosos por hacer cosas, porque no podemos estar quietos. Nos ponemos serios; sentimos dolor y el zumbido de la mente. En ese momento tomamos consciencia y nos decimos: “Esto es un sueño”. Nos sentamos.
Observamos la respiración, y nos damos cuenta de que la estamos reteniendo. Y la soltamos. Llevamos la atención al cuerpo y sentimos la quietud. Escuchamos la mente y sentimos el silencio, la espaciosidad.
Desde ese espacio miramos nuestra casa: es un sueño precioso. Nos quedamos allí durante unos cinco o diez minutos. Si haces esto, tal vez por primera vez en tu vida tendrás una relación muy distinta con tu casa.
Y aunque la práctica haya durado solo diez o quince minutos, estoy seguro de que esa noche esto tendrá algún efecto positivo en tu sueño.
Si haces lo mismo en tu vida de cada día, con cada cosa con la que tengas relación, podrás cambiarlo todo, una cosa tras otra. Es una experiencia muy placentera cuando la llevas a cabo, y muy poderosa cuando estás soñando.
»Después está el tema de ser asertivo, de tomar decisiones. A veces postergamos indefinidamente decisiones que nos resultan incómodas, mientras no dejamos de pensar en ellas. Este tipo de cosas destruyen nuestra mente.
También destruyen nuestros sueños. Y nos agotan, y nos alejan de la felicidad. Frente a una acción difícil, por ejemplo realizar una llamada telefónica a alguien que no nos gusta, tenemos dos opciones. La primera es hacer la llamada en ese mismo momento. La segunda opción es borrarla de nuestra lista de tareas inmediatas, y ponerla en otra de acciones a realizar al cabo de dos meses, por ejemplo. Así cada mañana nos levantaremos contentos de no tener que hacer esa llamada. Es un juego; un juego de la mente, dentro de la ilusión.

Un juego que al final nos lleva a tener buenos sueños…
—Malos sueños, buenos sueños… De lo que se trata es de que sean sueños lúcidos. Este es un aspecto muy importante del yoga de los sueños. La definición de sueño lúcido es que estás consciente del sueño cuando estás soñando.
No tiene nada que ver con un sueño positivo o un sueño negativo, o en si es un sueño más o menos claro. Puede ser que estés teniendo una pesadilla espantosa y te hagas consciente de que estás soñando; entonces entras en el sueño lúcido. 
»Una de mis estudiantes tuvo un sueño. Soñó que estaba saliendo de un restaurante por la noche. Sintió inseguridad y miedo. La perseguían unos hombres.
Se puso a correr y llegó al aparcamiento; arrancó el coche y entró en la autopista. Los perseguidores aún la seguían.
De pronto se dio cuenta de que eso era un sueño. Y se dijo: “Si esto es un sueño, puedo hacer cualquier cosa. Puedo volar”. Así que su coche salió volando. Entonces experimentó una profunda sensación de liberación en su sueño.

Esta persona también se habría librado de sus perseguidores sencillamente despertándose…
—Sí, pero seguramente no se habría liberado a sí misma. Un sueño lúcido es algo muy potente, muy poderoso; puede cambiar toda la experiencia del soñar.
Esa mujer sintió una liberación, tanto a nivel corporal, como energético, como de conciencia. Lo que le ocurrió en ese sueño fue muy importante. Llevó ese sueño a su vida de vigilia y lo estuvo analizando, pero en mi opinión sacó mucho más provecho de ese momento en que se dio cuenta de que estaba soñando, por los efectos que esto tuvo en su cuerpo y en su mente, que en cualquier análisis que hubiera podido hacer posteriormente.
Sin embargo, cuando tenemos un sueño lúcido podemos escoger. Cuando la mujer empezó a volar, algo profundo, energético, incluso químico cambió en ella.
Y ese cambio pudo tener un impacto muy importante en su vida. El sueño lúcido es un aspecto muy importante en la práctica de sanación.
»Esto está comprobado. Se han llevado a cabo estudios en la Universidad de Stanford (EE. UU.) en que se han constatado los beneficios que tienen los sueños lúcidos de cara a la sanación y el desarrollo personal.
Los estudios han revelado, por ejemplo, que alguien que en vigilia tiene dificultades para andar puede andar mucho en su sueño lúcido, con lo cual la mente está mandando a la pierna el mensaje de que puede andar. Y cuando la persona se despierta por la mañana se siente completamente diferente.

¿Se despierta pudiendo andar?
—De hecho, nuestra mente lo crea todo. Cuando alguien dice que está enfermo, enferma; cuando alguien dice que pude caminar y cree profundamente que pude hacerlo quizá lo pueda hacer… Gracias al sueño lúcido lo que ha ocurrido es que esa persona ha podido experimentar más libertad, y con esa sensación de libertad se puede crear sanación. Cuando nos despertamos estamos en el mismo cuerpo, tenemos el mismo cerebro, pero ahora está reestructurado, reprogramado, después del sueño lúcido.

¿Morir es una forma de sueño?
—Desde uno de los puntos de vista, la práctica del yoga de los sueños es una preparación para la muerte. El proceso de ir a dormir, el proceso de dormir, el proceso de los sueños, es muy similar al proceso de morir y a las experiencias que tienen lugar en el estado intermedio entre la muerte y el renacimiento.
Si no podemos permanecer conscientes durante el sueño, si nos perdemos cada noche, ¿qué probabilidad tenemos de estar conscientes cuando llegue la muerte? Si entramos en el sueño y comenzamos a interactuar con las imágenes de la mente como si fueran reales, no podemos esperar liberarnos en el momento después de la muerte.

¿Cuál es la relación entre la preparación para dormir y la preparación para la muerte?
—Cada noche, cuando nos acostamos, hay un proceso de empezar a dormirse, y es un proceso similar al de la muerte, en el sentido que todas las relaciones con nuestro entorno se van desvaneciendo. Nuestra mente, nuestra conciencia, todos nuestros sentidos poco a poco se van desvaneciendo y van volviendo a la Fuente; y cuando te mueres sigues un proceso muy similar.
Cuando ocurre esto, puedes ser consciente de que estás perdiendo el elemento de la tierra, del agua, del fuego, del aire, del espacio, mientras vas cayendo más y más profundamente en el sueño.
Hasta que pierdes toda identificación con la personalidad.
Ahora sé que soy tibetano porque estoy delante de alguien español, pero en otros contextos no puedo saber la identidad de mí mismo, de quién soy, sobre todo cuando estoy yendo hacia adentro de esta manera.

»Al acostarte, deja atrás lo que te haya ocurrido durante el día como ‘cosas del día’ y disponte a emprender tu viaje sagrado, que es el sueño.
Cuando uno hace esto duerme mucho mejor. Si tienes un buen día tienes una buena noche, y si tienes una buena noche tienes un buen día. Y al revés. Es un ciclo que se perpetúa.

¿Cómo podemos ver nuestro desarrollo espiritual en un sueño?
—Por ejemplo, a través de imágenes del sueño. A veces tenemos sueños donde vemos la Luna, el Sol, un cielo claro, grandes ventanales, un jardín, flores; incluso soñamos que comemos, y eso significa que nos alimentamos, que nos cuidamos.
A veces también experimentamos que estamos sangrando y que salen de nuestro cuerpo insectos; todo eso son buenas señales.
Por ejemplo, cuando era adolescente fui a una sala oscura de retiro; estuve ahí meditando durante cincuenta días, sin ninguna luz.
Al final tuve un sueño en que tenía un corte en un nervio, y entonces de repente muchos insectos empezaron a salir de ahí; incluso serpientes.
No sabía qué significaba; se lo dije a mi maestro y me dijo que era una purificación, una limpieza. Era un augurio de recibir enseñanzas de los maestros.
Este tipo de sueños se consideran sueños de desarrollo espiritual.
»Cuando sentimos la conexión con nosotros mismos, la quietud y el silencio, entramos en una conciencia distinta, en una actividad mental distinta y en un estado de sueño distinto, con lo cual podemos conocer a maestros, descubrir libros, enseñanzas y entrar en bibliotecas increíbles.
Hay muchas posibilidades en ese sentido.
Athanor.


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