24 de marzo de 2014

APUNTES PARA EL MOMENTO EVOLUTIVO DE LA HUMANIDAD. EMILIO CARRILLO.


Recordatorios y apuntes para el momento evolutivo de la Humanidad


         Seres divinos encarnados en humanos bajo la mirada objetiva e impregnada de Amor de numerosos Hermanos, que seguimos de cerca vuestros pasos y os alentamos en vuestra aportación, siendo la suma de todos el desencadenante de futuras transformaciones impensables a nivel planetario.

Desde el seno del Amor, deseamos recordaros lo que en esencia ya sabéis y puntualizar en algunos aspectos de la Humanidad que experimentarán cambios irreversibles en un futuro que, desde la perspectiva humana, podría parecer lejano, pero desde la multidimencionalidad es próximo e inminente.

La reproducción como vía de reencarnación será obsoleta. Cuando se inició el  proyecto humanidad, para asegurar la supervivencia humana, se establecieron unos patrones de unión macho-hembra que aseguraran su  desarrollo bajo el concepto de lo que llamáis madre-padre y, en su conjunto,  familia, siendo ésta uno de los factores más determinantes de apegos en el género humano. Ahora, en la evolución humana, esto dejará de ser así.

Igualmente, la infancia dejará de ser necesaria y operará una Inocencia Consciente, prescindiendo de este periodo llamado infancia utilizado hasta el momento para acoplar parte de vuestro potencial como seres divinos y eternos en un cuerpo material que todavía no reúne todas las capacidades de albergar todo lo que sois  sin desajustar un cuerpo de materia.

Por otro lado, el envejecimiento, es solo una estrategia para poder soltar. Aprenderéis también a renunciar a ello. Curiosamente, después del esfuerzo que supone encarnar en un cuerpo de materia que aun no está adaptado totalmente para acogeros, y desenvolveros en un medio hostil, la idea de desvincularse del cuerpo de materia se hace irreversible. Ello se debe en gran parte a que la visión de trascendencia es inexistente para muchos de vuestros semejantes. La materia posee una propiedad que es la descomposición, permitiendo a través de la vejez soltar un cuerpo que, si bien permite la cercanía de las experiencias, no es lo que realmente sois vosotros.

También la familia, tal cual la entendéis, sera sustituida por la auténtica idea de Fraternidad. Se producira una transformación de los vinculos entre los seres y el amor será el único código de referencia entre unos y otros.

La sexualidad representará absolutamente un acto de crear amor, desvinculada por completo de la reproducción, del apego, de prejuicios, de doctrinas y, sobre todo, del tiempo. La sexualidad sera auténticamente un acto libre, puro, de conexión y fusión no de dos mitades, sino de dos completos, sabiendo utilizar dicha energía para diversos fines.

La alimentación evolucionara a la par vuestra, si bien todavía es necesario el consumo material, independientemente si es animal, vegetal o mineral, el humano podrá, de manera totalmemte natural, auto-abastecerse de energía vital, siendo este el único medio de sustento y regeneración.

El olvido de momento es un recurso de protección para no desajustar psíquica y físicamente un cuerpo en proceso evolutivo. El ser humano incorporará la memoria continua. Y el desarrollo pleno de las capacidades físicas y mentales supondrá el punto final a la necesidad de tener que memorizar y recordar: se vivirá por completo en tiempo real, incluyendo lo relevante del pasado y la cercanía del futuro.

Importantes cambios acontecieron y acontecerán en vuestras vidas. Todo fue, es y será perfecto, entendiéndolo como ciclos que concluyen y otros que comienzan.

Hermanos, estas son vuestras prioridades: saber estar con uno mismo y con los demás sin apegos; vivir libres; eliminar el miedo a explorar lo desconocido; sentir el poder de la alegría; confiad en vuestra esencia divina; y deleitaros en la energía pura del amor en todas sus variantes que ofrece la experiencia humana.

Hermanos, todo es vuestro, pero nada poseéis, porque nada necesitáis y nada sois, pero todo contenéis.

Siempre estuvimos, estamos y estaremos con vosotros, siendo todos parte de un Todo

En el más puro amor concluyo. 
Emilio Carrillo.

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