4 de marzo de 2014

LOS ESPACIOS PÚBLICOS SE LLENAN DE HUERTOS.


"Habíamos llegado a un punto en que lo superficial y lo ostentoso se había apoderado de los espacios públicos. La banalidad lo había inundado todo y no respondía a las necesidades reales, sin planes de futuro, sin pensar en los costes y en el mantenimiento. No podíamos seguir haciendo las cosas así, y en ese sentido la crisis ha sido una bendición."
La crisis ha despertado la vena más creativa y "revolucionaria" de este arquitecto paisajista de 35 años, Josep Tamarit, creador de 2T-Huerting. Desde su cálido terruño, donde se cultiva a cielo abierto todo el año, ha oteado eso que él mismo llama "la revolución de la lechuga" y que ha decidido impulsar con grandes dosis de idealismo práctico.
Huertos de ocio públicos y privados. Huertos comunitarios. Huertos corporativos. Huertos escolares. Huertos terapéuticos. Huertos de integración social. Camas de cultivo en las azoteas. Mesas de cultivo en los balcones. Alcorques comestibles en las calles…
"Las razones económicas son muy poderosas, pero creo que lo que está ocurriendo en las ciudades es un auténtico cambio de conciencia", asegura Tamarit. "Pienso que asistimos a una auténtica revolución del verde urbano, y puede marcar el camino… La jardinería ha muerto. Lo caro y lo ornamental ya no nos sirve. Los parques en la ciudades se transformarán hacia lo agrícola o lo forestal".
"La agricultura urbana, bien interpretada, será la alternativa a la agricultura convencional y acabará siendo fundamental para garantizar la seguridad alimentaria en nuestras urbes", asegura el arquitecto paisajista valenciano. "Desde su humildad, lo agrícola puede transformar de paso la cultura urbana y cambiar radicalmente nuestra forma de vivir y relacionarnos".
Josep Tamarit concibe precisamente los "espacios huerto" como herramienta de cambio cultural: "El hecho de cultivar y tener un contacto directo con la tierra nos transforma como individuos. Y sirve también para crear comunidades y contribuir de algún modo a una sociedad mejor".
"Con lo que me da el huerto no necesito comprar verdura durante seis meses", admite Manuel, que reconoce que el cultivo para el autoconsumo es tal vez lo más revolucionario que se puede hacer hoy en día. "Para mí ha sido como un doble reencuentro: con la lucha social y con las labores del campo".
Fragmentos de la entrevista de Carlos Fresneda.

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