26 de marzo de 2014

KISHORI AIRD. EL NUEVO MODELO DEL A.D.N.


En el transcurso de esta entrevista hablamos acerca de las nuevas perspectivas científicas en relación con el ADN, y de cómo podemos aprovechar dichos descubrimientos a favor de nuestro desarrollo espiritual y humano.

–¿Qué nos dicen los últimos descubrimientos científicos en relación al ADN?
–Que tenemos la posibilidad de transformarnos y usar la energía fotónica de la actividad incrementada del Sol, de sus tormentas, para despertar dentro de nosotros la activación de las hebras del ADN inactivo. Es decir, las diez hebras que completan las dos hebras del ADN físico, y una decimotercera que nos permite estar en el punto cero. 
“Según las investigaciones de Barbara Marciniak, los códigos para el ADN de doce hebras estaban ya presentes en nosotros pero habían sido desactivados. Al principio de mis investigaciones, me basé sobre esta hipótesis como puerta de entrada.
Un cambio de frecuencia se está operando en el planeta. 
Estoy convencida de que ha llegado la hora de transformar los antiguos paradigmas sobre los cuales se asientan nuestros programas genéticos humanos.”
“Nuestro ADN posee un tipo de conciencia que reacciona a la intención; se comunica en red y se puede modificar según las emociones. Entonces podemos, gracias al poder de la intención, reprogramar nuestro ADN.
–¿Qué es el punto cero?
–El punto cero es un estado del ser dinámico, resultado de la coexistencia consciente de dos opuestos.  Nos permite usar el aspecto negativo y positivo de las emociones y crear una fuerza de atracción. La espiral es una constante que permite a la sombra coexistir con la luz sin que una anule a la otra.
–¿Qué significa y qué implica que hayamos pasado del modelo binario del ADN, basado en dos hélices, a otro modelo basado en trece hélices?
–Significa que vamos a poder por fin comprender la ley de complementariedad de los opuestos y liberarnos de las restricciones de la dualidad. Es el acceso al punto cero.
–¿Qué significa que el modelo de las trece hélices es “circular”?
–La decimotercera hélice es convergente y es la que abre la conciencia sobre el nuevo paradigma. 
La fuerza negativa y la fuerza positiva se desplazan constantemente a lo largo de este eje de rotación del punto cero. Es un enroscamiento energético que tiende hacia el infinito y lo eterno porque es sin nacimiento y sin fin. Es la manifestación del amor no polarizado en el bien y el mal, y es el resultado de la coexistencia de estas dos corrientes.
–¿Qué es lo que rige este proceso?
–Después de 15 años de investigación sobre el genoma humano, la ciencia empieza a concebir nuestro código genético como una estructura no fija. De hecho la dinámica de lo vivo es interrelacional. La materia es móvil, y los descubrimientos en biología siguen confirmando este nuevo esquema.
“Lo que más me fascina de esta nueva visión es el concepto de red y la interacción de los componentes dentro de esta red. Cuanto más evoluciono, más percibo la realidad como una red de entramados que pueden interactuar, o no, según una tasa vibratoria precisa.
“50 años después de su descubrimiento, el ADN aparece ahora como una red de reacciones dinámicas secuenciales vivas e influidas por el entorno. […] Los genes pueden influir unos sobre otros y funcionan en red.”
“A lo largo de mis casi treinta años de práctica espiritual, he sentido el cambio de frecuencia operarse en el planeta. Estoy convencida de que ha llegado la hora de transformar los antiguos paradigmas sobre los cuales se asientan nuestros programas genéticos humanos. Sé que vivimos en una época donde debemos reapropiarnos la herencia colectiva que mora en el corazón de cada célula de nuestro cuerpo. Todo indica que las circunstancias planetarias actuales son propicias. Nuestro cambio de frecuencia es un cambio de amplitud vibratoria.
–Y a escala individual ¿estamos influyendo, cada uno de nosotros, sobre un campo que a su vez va a influir a los demás?
“Hay estudios que demuestran cómo las guerras y la violencia tienen un efecto directo sobre el Sol; aumentan la amplitud de las tormentas solares. En sentido contrario, las cadenas de meditadores contrarrestan su intensidad.”
“Ha de haber una compatibilidad energética temporal entre la persona y el medio ambiente. 
“La información es vibratoria y nos busca cuando lo pedimos. Cuando encuentro el camino que me lleva a la ampliación máxima y al anclaje máximo, cuando mi vida se alinea sobre mi Esencia y accedo al espacio sagrado de las posibilidades y transmito esta información al campo morfogenético; información que se vuelve disponible para todos quienes, al igual que yo, buscan el camino hacia su centro. No hay nada que hacer, nadie por convencer; es una cuestión de influencia vibratoria.
–Vd. ha definido la Esencia en términos de ‘frecuencia’. ¿Podría explicarlo?
–El verdadero ‘yo’ está no localizado (es no-local). Lo que quiero decir es que no está limitado. No existe dentro de un marco de tiempo o espacio; no tiene una posición definida. Es su tasa vibratoria que es constante.
–Parece ser que las frecuencias también son importantes en el caso del ADN. ¿Cómo se interrelacionan las frecuencias del ADN con las de la Esencia?
–Nuestro ADN vibra a la frecuencia de nuestra familia genética, nuestra raza, nuestro sexo, etc. Pero la energía que mora en él es la de nuestra Esencia; es nuestra tasa vibratoria individualizada.
–¿Qué ocurre si no elegimos vivir en armonía con nuestra esencia?
–Las personas que han sobrevivido a una muerte clínica vieron que la Esencia o la fuerza vital (el ka, el qi, etc.), una vez liberada del cuerpo, puede ir en cualquier sentido. Gracias al libre albedrío, podemos decidir que nuestras elecciones se alineen sobre la frecuencia de nuestra Esencia. Pero ¿y si decidimos lo contrario, que nuestras elecciones no estén alineadas con la frecuencia de nuestra Esencia? 
Entonces las consecuencias de causa y efecto serían unas cargas tan pesadas y con tantas repercusiones que convendría considerar la decisión y la fuerza de arrastre que podría tener en la propia vida antes de decidir hacerlo. Sería realmente complicarse la vida.
“Si uno se limita a vivir alineado con su Esencia, el placer y la abundancia son infinitos. Es una cuestión de armonía con el Universo, de relaciones esenciales y de constelaciones de universos. Esto significa que nos sentimos naturalmente más atraídos por ciertos individuos que por otros, según la resonancia de las frecuencias de nuestra Esencia y nuestro ADN. Son redes inconscientes a las cuales respondemos.
“El hecho de dejar de ‘buscar a’ y ‘convertirnos en’ nos vuelve disponibles para las circunstancias más alineadas con nuestra tasa vibratoria y nos autoriza a crear sin forzar nada, siguiendo la corriente.
En un espacio neutral nace la satisfacción y surge la irradiación del amor. Así todo nos sirve para anclar y ampliar nuestra Esencia, sea la ira, la tristeza o la culpa. Se trata de incluir todos nuestros aspectos, sin juicio.
“La intimidad en las relaciones afectivas es un medio muy favorable para practicar la intención consciente. Imaginad esta escena: mi esposo tiene un programa por defecto que hace que se sienta frustrado cada vez que yo estoy en mi poder creativo. Su sentimiento de frustración dispara en mí una reacción, otro programa por defecto: la culpa frente a mi poder creativo, que hace que me sienta incómoda en su compañía en esos momentos, lo que me vuelve agresiva. En lugar de criticarle, lo que no soluciona nada, trabajo con la intención consciente. 
“Cuando estoy en mi poder creativo, todos a mi alrededor pueden beneficiarse. Del mismo modo, si surge una dificultad (o una ruptura) de comunicación, puedo formular una intención tal como esta: «Elijo comunicarme de manera esencial y amorosa cuando estoy en la intimidad aunque no sé cómo (o aunque tengo dificultad para expresarme porque mi padre era muy autoritario, etc.).»
“A fuerza de usar la intención de volver hacia la Esencia y el amor a uno mismo de un modo cotidiano, he entendido dos reglas que aplico constantemente y que vienen a reforzar mis intenciones aún más.
“La primera es que, una vez formulada la intención, hay que dejar ir la forma en la cual la Esencia y el amor  a uno mismo se van a manifestar. Si no lo hacemos vamos a gastar mucha energía en intentar crear la forma en lugar de aceptar el estado. Trabajar con el estado de ser esencial en lugar de la forma nos lleva a un nuevo paradigma, más allá de los límites de nuestras experiencias pasadas. Obviamente podemos expresar nuestras necesidades. Es solo lo que se refiere a la forma lo que debemos soltar. 
Es necesario honrarnos de forma incondicional sin importar nuestras debilidades o nuestras fuerzas, anclando nuestra Esencia y el Amor a uno mismo.”
–Parece ser que, desde el punto de vista de Vd., esta tarea no está en sintonía con los conceptos tan en boga del ‘crecimiento personal’ y la ‘autosuperación’. ¿Podría explicar por qué?
–Antes se necesitaban muchas horas de meditación o un largo caminar espiritual para encontrar la vía hacia el corazón. 
“La meta del trabajo sobre uno mismo es liberarse de la búsqueda de mejorarse a sí mismo para que por fin todos nuestros esfuerzos nos lleven solo a SER; a sentirnos cómodos con nosotros mismos en la fuerza del corazón y de la Esencia.
“Vivir siendo todo lo que somos, sea positivo o negativo, trayendo al centro todo lo que se había dispersado en las afueras de nuestro territorio energético, nos permite acceder a una realidad antes imperceptible.
“Como la flor que se gira hacia el Sol sin cuestionarse y con la satisfacción sencilla de irradiar su naturaleza esencial, permitimos a nuestra naturaleza desplegarse sin restricciones en su belleza total y su individualidad. 
–¿Hay indicios, a partir del ADN, de que la especie humana pueda haber iniciado una mutación? ¿Hacia dónde?
–¡Espero que sea hacia la Unidad de la Esencia y del corazón!
“Pero, contestando a su pregunta, sí, hay indicios de mutación. En la red se describe el caso de un niño estadounidense que nació con SIDA; cuando, a los seis años de edad, le volvieron a hacer los tests, el SIDA había desaparecido:
«Lo llevaron a la universidad de Los Angeles (UCLA) para proceder a análisis más completos y los exámenes mostraron que su ADN no era igual al de los humanos normales. 
En el ADN tenemos cuatro ácidos nucleicos que se combinan en grupos de tres y forman 64 patrones distintos.
El ADN de cualquier humano de este planeta tiene 20 codones efectivos (activados); los demás no están activos, excepto tres de ellos, que constituyen códigos de arranque y de finalización, al igual que en el caso de un ordenador.  […] Este niño tenía 24 codones activos, cuatro más que cualquier otro humano. 
Analizaron su sistema inmune y ¡descubrieron que era inmune a todo! Después encontraron otro niño con las mismas características, y otro más, y otro… Fueron 10.000, 100.000 y hasta un millón. En este punto, la UCLA estimó que el 1% de la población mundial posee este nuevo ADN. Lo que corresponde a casi 60 millones de personas que no son humanas según los criterios anteriores.»
–¿Un mensaje final para los lectores?
–Mi mensaje final es acerca de la nueva etapa de evolución esencial que se abre para la humanidad. Nuestro ADN despierto nos permite ser más conscientes de nosotros y de nuestro entorno.
“A partir de este mundo de densidad y restricciones, hemos captado el Dos y retornamos a la Esencia (el Uno) para empezar una nueva forma de complementariedad. El punto cero abre nuevas posibilidades. Las polaridades dejan de existir individualmente y se funden en una espiral potente, abriendo la puerta al espacio sagrado de las posibilidades esenciales.
“El camino hacia el centro existe ya dentro de nosotros y solo pide ser activado.
“Actualmente, desde este espacio sagrado, se abre una nueva posibilidad del corazón y es un nuevo movimiento, un nuevo Uno: la Esencia puede encarnarse según la ley del libre albedrío, y podemos elegir esta posibilidad. 
“En lugar de vivir en una realidad (una matriz) basada en la diferencia y la separación, podemos acceder a la nueva matriz de la Unidad: la del corazón. 
Es el final del mundo de la separación que se nos ofrece, si lo elegimos. 
Francesc Prims.


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